Son exactamente dos kilómetros y medio los que separan al Disco de la parada 22 de la Avenida Roosevelt del supermercado El Dorado de la avenida Aiguá esquina Monterroso en Maldonado. Sin embargo, la variación de precios que hay entre un local comercial y el otro parece mostrar dos países diferentes.
El Observador hizo este jueves un relevamiento de precios de 20 productos escogidos (ver tabla) en tres supermercados de la ciudad (a los dos mencionados se le agrega Tienda Inglesa del Punta Shopping).
La diferencia de precios promedio en esos tres locales comerciales, y en función de la muestra seleccionada, se situó en el orden del 25,8%, con un piso de cero para tres productos en particular y con un techo de 55% de diferencia para una pasta de dientes.
Los tres productos que salen exactamente lo mismo en las tres superficies comerciales son la leche Conaprole común, la leche Conaprole descremada y el helado triple Conaprole.
En los restantes 17 productos hubo variación de precios. Para el caso de los líquidos y comestibles (menos el yogur frutado Conaprole), El Dorado fue el que ofreció los mismos insumos al precio más bajo, un valor que está en línea con la oferta montevideana.
Por su parte, Tienda Inglesa exhibe los precios más bajos para los insumos de higiene personal que, en promedio, son los que tienen una variación mayor con respecto al Disco (entre el 40% y el 55% dependiendo del producto). Así lo constató, con sorpresa, una señora que encontró una diferencia de $ 100 entre Tienda Inglesa y el Disco en un paquete de ocho jabones marca Dove, en el mismo momento que El Observador tomaba precios en uno de los supermercados.
En el rubro líquidos hay una variación promedio del 16% para el agua mineral y del 17% para refrescos de Coca-Cola. La yerba y el café tienen una variación promedio del 12%, mientras que la pasta Adria y la harina marca Cololó promediaron ambas una variación del 14%.
Las diferencias de precios en los supermercados es apenas un signo de las múltiples evidencias que muestran como Punta del Este se encarece con la llegada del turismo, lo cual elude el mensaje de prudencia que todos los años dan las autoridades nacionales y departamentales. Y esta temporada no es la excepción.
Comer afuera
Salir a comer y gastar menos de $ 1.000 por persona es un desafío difícil de conseguir fuera del centro de Maldonado, aunque en esa zona también se evidencia el aumento de precios.
En una parrillada clásica como La Balanza se puede ver un menú con precios renovados tal cual trasluce el pegotín blanco y los precios recientemente puestos a mano con lapicera.
Para reservar una mesa en el popular restaurante de Maldonado La Torre del Vigía –un lugar en el que siempre hay gente esperando para comer–, ahora hay que dejar una seña de US$ 10 por persona en el mismo momento en que se hace el pedido.
La elección de un restaurante de minutas y comida rápida tampoco se vuelve una opción económica, especialmente en Gorlero. El restaurante Il Mondo della Pizza vende el clásico chivito canadiense con porción de fritas a $ 640, casi el doble de lo que sale en Montevideo en el mismo restaurante ($ 380). La porción de muzarela en ese lugar asciende a $ 225.
Su competidor en la misma calle, La Pasiva, vende el chivito a $ 565 y un pancho al pan a $ 58. En la capital los mismos platos cuestan $ 370 y $ 49 respectivamente.
Esos $ 640 del canadiense de Il Mondo della Pizza parecerían desmedidos si se los comparan con los $ 850 que sale el ojo de bife en el parador Imaragantú, el plato más caro de ese restaurante que está sobre la playa Mansa.
El costo de una noche de tragos tampoco es barato en la península. El tradicional bar Moby Dick vendió la semana pasada una botella de fernet de 750 mililitros y una jarra de refresco a $ 3.600 (no es que el lugar venda botellas pero ante el pedido de los clientes la casa calculó en función del precio por trago). Una botella de whisky etiqueta negra en el mismo lugar y con la misma lógica se acerca a los $ 5.000.
elobservador