Ella es matemtica y l, qumico y gelogo. Y llevan dcadas viajando al rtico (ella) y a la Antrtida (l) para medir cmo se derrite el planeta
Se centran en los mejores sensores naturales: los glaciales. El mayor deshielo se est produciendo en el Polo Norte
“Si Trump no cree en el cambio climtico, que se venga con nosotros a verlo”
Carmen descubri el color azul inslito en el verano de 1997. En su primera expedicin al rtico. Un ail nico que slo existe en el interior de los glaciares. All estaba la joven Carmen -enfundada en un grueso traje amarillo- suspendida sobre un abismo de hielo. De hielo azul como ningn otro. Las manos bien sujetas a una cuerda, los ojos vivaces, la sonrisa congelada… Entonces, a aquella exploracin, al vasto casquete glaciar Vatnajokull, en Islandia (parte de la regin rtica), le seguiran otras tantas decenas ms.
El viaje de Adolfo empieza antes. Al otro extremo de la Tierra. Este hombre de poblada barba gris pisa por primera vez territorio antrtico a finales de 1987. Y es que Adolfo fue parte de la excursin que levant en la isla de Livingston, en el archipilago de las Shetland Sur, la primera base antrtica espaola. La que lleva el nombre de Juan Carlos I.
La historia de Carmen Domnguez, alias Karmenka, y Adolfo Eraso es la de dos espaoles que miden cmo se derriten los polos. O los glaciares que all se encuentran. Lo hacen en cada extremo del planeta. l, qumico, acadmico y doctor en geologa. Ella, doctora en matemticas y profesora de la Universidad de Salamanca. La suya es una labor titnica. Extrema. Como las temperaturas que deben aguantar en cada visita que hacen a las regiones polares. As, los ltimos 20 aos de su vida han transcurrido de expedicin en expedicin. El resultado es una base de datos nica y viva [porque sigue creciendo] del derretimiento glacial. Una prueba inequvoca de que el cambio climtico continua. Y que el calentamiento global no “fue creado por y para los chinos”, como enarbola Donald Trump.
-Qu opina de la afirmacin del presidente de EEUU? -le preguntamos a Adolfo.
-Yo no opino, yo investigo. Tengo cientos de miles de datos que me respaldan -sentencia l de un tajo.
Adolfo habla de las cifras de descarga glacial -hielo que se pierde en forma de agua- que han ido recopilando desde finales de los aos 80. Desde que se desplaz hasta la Antrtida para ayudar a instalar la base espaola. En esa ocasin, hizo mediciones slo durante las dos o tres semanas que estuvo all. Pero le bastaron para poder compararlas con las recabadas 13 aos despus. As not que la descarga glacial entre 1987 y 2000 se haba duplicado. “Una prdida de agua brutal”, lamenta. Agrega el experto que despus entre 2002 y 2006 pas lo mismo. El valor se duplic, pero en menor tiempo. En slo cuatro aos.
La descarga glacial “es un parmetro muy exacto y estable”, dice Eraso. Es tambin una evidencia clara -y visible- de la existencia del calentamiento global. El aumento gradual de la temperatura ambiente, provocado por este fenmeno, hace que la masa de hielo de los grandes casquetes polares disminuya por fusin (es decir, que se derrite). Eso es lo que se conoce como descarga lquida glaciar y que a la larga provoca que el nivel del mar aumente.
Karmenka y Adolfo han bautizado a su proyecto con el nombre de Glackma. Una contraccin de tres palabras: Glaciar, Criokarst (cuevas o relieves en hielo) y Medio Ambiente. La iniciativa existe como tal desde el 2001, aunque ya haban explorado juntos desde 1997. Para ellos las expediciones se han convertido en un modus vivendi. Exclama el gelogo: “Ya no las cuento. S que paso de 100…”. Entre el Polo Norte y el Sur. Si en una imagen se ve a Carmen en Svalbard (79N), a menos 37 grados centgrados, pala en mano y rodeada de nieve; en otra estar Adolfo, pipa en la boca y mochila a la espalda, en el casquete glaciar Collins (62S).
Adems de exactas, las mediciones que respaldan el trabajo que hacen en Glackma son continuas. stas se registran -cada hora de cada da- en las ocho estaciones distribuidas en los dos hemisferios. Cuatro estn en el norte: en el rtico Sueco (68N), Islandia (64N), Svalbard (79N) y en el norte de los Urales (68N). Otras cuatro en el sur: en la Antrtida insular (62S), Patagonia Argentina (49S), Patagonia Chilena (51S) y en la Pennsula Antrtica (65S). Las que los expedicionarios llaman estaciones son en realidad sondas (conectadas a data loggers) que van almacenando informacin sobre el comportamiento de los glaciares. Incluidos los datos de prdida de hielo. Son, en total, 70.008 mediciones al ao.
Todas y cada una de las estaciones se encuentran al interior de un glaciar. En concreto, en el punto en donde confluyen los ros, pequeos y grandes, producto del drenaje del glaciar. Llegar hasta all no es fcil. Se accede a travs de pozos en hielo- o moulins, que es el trmino empleado en glaciologa- algunos de hasta 60 metros de profundidad. Luego estn las cuevas y conductos a recorrer hasta llegar al lugar perfecto para colocar la sonda. “S que me juego un poco la vida”, reconoce Adolfo, quien estando a das de cumplir los 83 aos no ha dejado de explorar entre las glidas grietas. Siguiendo kilmetros y kilmetros de ros subterrneos…
Menos mal que es hbil espelelogo y que Karmenka, de 48 aos, se ha convertido en una gran bajadora a golpe de experiencia. De prueba y error. De manos ensangrentadas en la primera expedicin al rtico (por no usar guantes) a descender moulins de 55 metros como si lo llevara haciendo desde siempre. Y no slo es bajar una vez a colocar la sonda en el lugar adecuado. Es subir y volver a bajar cada tanto para recoger los datos y poder analizarlos.
En la nevera del Mundo
Eso es precisamente lo que ha hecho Karmenka hace un par de semanas. Acaba de regresar de una excursin de 40 das al rtico sueco y a Islandia. Esta vez se ha unido al grupo Carlos Caraglia, fundador de la International Alliance for Nature Conservation (IANC), expedicionario y operador de cmara. La matemtica cuenta a Crnica que desde el 2013 no iban de expedicin. Lo hace desde el Land Rover blanco, en el que han recorrido los 12.000 kilmetros [de ida y vuelta] que separan Espaa de estas regiones polares. En ese ao les cortaron la financiacin y los dos viajes al ao que hacan [en verano] a cada uno de los polos se acabaron. “Esta vez -asegura- el presupuesto ha salido de nuestros bolsillos“.
Han sido das duros. De soportar vientos de 180 kilmetros por hora o nevadas muy intensas. De dormir en tiendas de campaa o no hacerlo. De llevar una dieta de comida liofilizada… Pero ha valido la pena. Aunque perdieron los datos de la estacin del rtico sueco [haba desaparecido], la informacin recabada en Islandia dice mucho de lo que est pasando en el planeta. Han podido determinar que la onda de descarga de hielo -el periodo en el que se registran los valores mximos de deshielo- se extiende ahora fuera de los meses de verano (julio y agosto), como era habitual. Entre 2014 y 2017 este periodo ha pasado de durar de dos a seis meses (de mayo a octubre). Es decir, que el tiempo de duracin del periodo de mximo deshielo se ha triplicado en slo tres aos.
Pese a las dificultades, no es una labor que les pese demasiado. A Karmenka, una vida lectora de las novelas de Julio Verne, la pasin por la naturaleza le viene desde nia. Tambin a Adolfo. Cuando era cro exploraba las montaas y cavernas de su Estella natal. Dice que le gusta hinchar los pulmones en el Polo Sur. Que all, rodeado de nieve, se siente “como en su tierra”. Ese es su laboratorio. En donde puede observar en silencio. Y eso que admite que “investigar en la Antrtida no es nada sencillo“. Pero el veterano gelogo no es de los que se rinde fcilmente (eraso significa acometer en euskera). Ni un melanoma maligno -que ya le quitaron- pudo frenar su mpetu de explorar. Ese cncer fue el precio a pagar por estar tanto tiempo en zonas donde hay agujeros en la capa de ozono.
Caminos cruzados
Los caminos de estos dos cientficos se cruzaron cuando Karmenka viaj de Salamanca a Madrid para tomar un curso en la Universidad Politcnica de Madrid. La casualidad [y la curiosidad] le llevaron a asistir a una conferencia impartida por el entonces profesor Adolfo Eraso. La expedicionaria lo relata en el libro Diario Polar (2011). Era una charla sobre su experiencia en el glaciar Perito Moreno, en la Patagonia. Fascinada por las historias del hidrlogo en el fin del mundo, supo all que era lo que quera hacer…

Y si el joven Axel, su to Otto y el gua Hans descienden por el volcn Snfellsjkull para llegar al centro de la Tierra- en la novela de Verne-, Karmenka se interna en los moulins para encontrar evidencias del calentamiento global. Explica la matemtica que los glaciares son “sensores naturales”, unos chivatos del clima. Se dice incluso que en ellos est la clave de nuestra supervivencia como especie. Al recopilar y analizar los datos que obtienen de sus glidas profundidades, monitorean la evolucin del cambio climtico.
La ola de calor que esta semana ha recalentado Espaa, con mximas de 42 y mnimas de 25 en Extremadura, Castilla-La Mancha y Andaluca, es, segn Karmenka, uno de los efectos del derretimiento de los polos y del cambio climtico. “Los glaciares juegan un papel muy importante en el sistema climtico global”. De hecho, son los responsables de que el clima sea como lo conocemos hoy y de que se den las condiciones favorables para la vida. Dice la investigadora que cuando los glaciares se funden a gran velocidad, como est pasando, los fenmenos atmosfricos se vuelven cada vez ms violentos. Las sequas se alargan, las lluvias son ms torrenciales, las olas de calor, ms intensas y frecuentes…
La diferencia entre el deshielo de uno y otro hemisferio es tambin una evidencia. Segn los datos recabados por los investigadores de Glackma, la descarga glacial en el rtico es de 3,5 a cuatro veces mayor que en la Antrtida. Karmenka detalla que “esto sucede porque la Antrtida es un continente entero hecho de hielo, con puntos de altitud de hasta cuatro kilmetros”. Mientras que el Polo Norte est formado por hielo martimo. Pero hay otro factor: “el hemisferio norte abarca a los pases que ms contaminan“.
Qu se puede hacer para frenar el deshielo? Adolfo dice que “hay que estudiar el fenmeno muy a fondo primero, que no est del todo hecho”. Mientras que para Karmenka la clave reside en la divulgacin de sus investigaciones enfocadas sobre todo a los jvenes. Por eso en Glackma apuestan por compartir sus conocimientos con estudiantes, a quienes invitan a seguir las expediciones virtualmente desde sus aulas (a travs de El blog de Karmenka, una suerte de diario de viajes). “Porque es imposible cambiar las mentalidades adultas”.
-Qu le dira al presidente de Estados Unidos que no cree en el cambio climtico?
–Que se venga con nosotros a verlo -responde la matemtica apasionada de los glaciares en medio de una pequea risotada.
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